Nacido el 13 de octubre de 1959, Atilio se formó en la Escuela Nacional de Arte Dramático, y gracias a su paso por reconocidos maestros como Carlos Gandolfo y Carlos Rivas, perfeccionó su capacidad interpretativa. A lo largo de su carrera, Veronelli brilló en programas como El mundo de Antonio Gasalla, Los Roldán, Casados con hijos, y Los simuladores, mostrando siempre un talento único para conectar con su audiencia. Además, su faceta como guionista, con obras como 90-60-90 Modelos y Los Grimaldi, dejó su huella en la televisión argentina.

Más allá de la pantalla, su carrera teatral también fue destacada, creando espectáculos como La mesa de los galanes. Y en el cine, participó en películas como La peste y Matar al abuelito, donde su humor característico nunca dejó de brillar.

A lo largo de su vida, Veronelli también enfrentó varios problemas de salud. A mediados de 2022, el actor fue hospitalizado por problemas respiratorios y una descompensación que requirió atención médica urgente. Fue sometido a un cateterismo para evaluar la necesidad de colocarle un stent y mejorar su estado general. Estos problemas de salud no fueron los primeros en su vida, ya que ya había enfrentado complicaciones cardíacas previas, que incluyeron múltiples bypass. En ese momento, amigos cercanos como Santiago Cúneo confirmaron que, a pesar de la gravedad, Veronelli se mantenía de buen ánimo, aunque incómodo con la idea de guardar reposo.

Además, su amiga y colega Nazarena Vélez compartió su preocupación por el delicado estado de salud del actor, mencionando que Veronelli estaba muy débil y preocupado por su situación médica. A pesar de estos desafíos, el actor nunca dejó de conectarse con sus seres queridos, y su disposición a mantener el contacto con su celular reflejaba su lucha y valentía ante las adversidades.

Atilio también era un hombre de corazón generoso, y a través de sus redes sociales, además de hacer reír, siempre encontraba la manera de hacer pedidos solidarios y ayudar a colegas como Luisa Albinoni. Sin duda, su partida deja un vacío irremplazable en el panorama artístico del país. Hoy, su figura sigue viva en el recuerdo de quienes lo admiraron, y su humor, tan cercano y único, será siempre parte de la cultura popular argentina.